Como no podía sentir ninguna emoción, el hombre se inmiscuía entre las personas y lograba hacerles despertar los más diversos sentimientos.
De ellos se alimentaba entonces, como un vampiro de la sangre ajena. Vivía todo de segunda mano. Pero con una persistencia y una fuerza que confundía.
Se metía entre dos y los hacía enamorar; había decidido que otros se pelearan, así tenía por lo menos una vaga idea de lo que eran el amor y el resentimiento.
Pero no podía involucrarse.
Era como una hoja en blanco que nadie puede escribir o como un ángel triste que fue apartado del cielo.
domingo, marzo 20, 2005
sábado, marzo 19, 2005
Leído por ahí
Dijo Agatha Christie:
Cásate con un arqueólogo. Cuanto más vieja te hagas, más encantadora te encontrará.
(Se reciben propuestas, y esto obvio que es de mi autoría).
Cásate con un arqueólogo. Cuanto más vieja te hagas, más encantadora te encontrará.
(Se reciben propuestas, y esto obvio que es de mi autoría).
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