lunes, agosto 30, 2004

¡Bombones, helados, caramelos!

Anoche mi cabeza, mi cuerpo y yo nos comenzamos a necesitar, así que nos fuimos metiendo uno en el otro y nos fuimos al cine con una amiga. De la película que vimos voy a decir solamente que no me gustó, como tampoco me gustó la de la noche anterior. El cine argentino me parece bueno técnicamente, pero últimamente tiene unos temas muy vulgares, entre los que sobresale la crisis. Nada de magia. Nada de poesía. Es sólo la vida que pasa, pero que pasa mal, no como sucede en los blogs, que es la vida que pasa de un modo que me fascina, porque es la vida que pasa desde el corazón. Mañana veremos La niña santa y confio en ella, a pesar de los comentarios. Para saber si un film me gustó pienso si me hubiese gustado dirigirlo. De la respuesta afirmativa deduzco que sí. Una vez hice un documental sobre el presidio y desde el vamos comencé mal, ya que era un documental de ficción. No quiero repetir nunca más esa experiencia porque:

no tengo carácter para dirigir gente
no sé decir que no
me abatato muy fácilmente
si estoy nerviosa no puedo parar de comer
me apasiono tanto con lo que hago si me gusta que no puedo hablar de otra cosa por meses y meses
me dió lástima ver a mis amigos trabajar de presos
soy muy cambiante y cuando todo estaba listo para comenzar la grabación a mí el guión no me gustaba más
mi primo que era el protagonista se quiso levantar a la actriz principal
al camarógrafo que sí tenía carácter no le gustaba que hiciéramos choripanes a la hora de comer
perdíamos mucho tiempo cuando los turistas descubrían a los falsos presos y estaban horas y horas sacándose fotos con ellos
Es feo darse cuenta de que uno está al borde de la locura

Ahora prefiero dirigir un blog, que es mucho más sencillo, aunque a veces dé trabajo, y acá contesto la inquietud de Thirthe, no, no tuve otro blog, pero sí escribí en éste durante un mes seguido y después borré todo, porque como ya sabemos tampoco es tan fácil escribir lo que a uno le gustaría. Generalmente uno escribe lo que puede y eso a veces no nos gusta. Ahora tampoco estoy muy conforme,porque se pone desobediente y dice cosas que no quiero decir más y que nadie escucha. Pero, bueno, hago el esfuerzo.

domingo, agosto 29, 2004

Qué domingo

Hoy, por ejemplo, me desperté, bajé a hacerme el desayuno y volví a tomarlo en la cama, como hago siempre, pero siempre, siempre. Mi cabeza y mi cuerpo los tenía juntos, la cabeza dijo galletitas con mermelada diet y mi mano solícita abrió la heladera, sacó el frasco, lo abrió, buscó una cuchara. Mientras tomaba mi café, demasiado dulce, la cabeza empezó a hacer de las suyas, a recordar un tiempo muy extraño de la vida en que no sé por qué dejé de buscar y buscar, un tiempo poco serio, digamos sólo un juego, alguien dijo, entonces mi cuerpo se interpuso, horrorizado, increpando a la cabeza, buscando en la caja con las fichas un recuerdo alternativo. Y al final, como siempre, todo se fue al carajo, el cuerpo enojado se levantó y se fue a bañar, la cabeza quedó allí sola, rumiando incoherencias.
Ay, Findelmundo, que aparezcan pronto por favor las hojas brillantes de los ruibarbos y las flores de los lupinos que alegran mi casa y las tardecitas esas de primavera en que las calles se llenan de gente y el mar está calmo y brillante. Quizás sea lo único que podría reconciliar a mi cuerpo con mi cabeza.
¿Y vos por qué no me leiste nunca, pero nunca, nunca?

viernes, agosto 27, 2004

Amores que matan

Hay días últimamente en que mi cabeza y mi cuerpo no coordinan. La cabeza decide algo, imparte las correspondientes órdenes, dice marchemos para allá, será lo mejor pero el cuerpo no escucha nada, ni intenta movilizarse y se queda acurrucado donde sabe que ya no cabe más. La mente me hace sentir fuerte, valiente, importante. El cuerpo me pone malhumorada, fóbica, temerosa. No sé lo que pasa, pero estos dos cada vez se llevan peor y yo en el medio, complaciendo a uno y a otro, desobedeciendo a uno y a otro, de aquí para allá, de ningún lado en ningún otro.

miércoles, agosto 25, 2004

Ciudad turística

Findelmundo tiene fama de niña bonita, en el país y en el resto del mundo donde la conocen. Todos quieren venir, la mayoría sólo para decir que llegó hasta acá, como si fuese un record. Hay gente que viene a esquiar o a pescar truchas o a ver si encuentra algún resto de un barco abandonado o a morirse de miedo en el viejo presidio o a buscar novio/a y quedarse a vivir por siempre al lado del Beagle. Algunos vienen escapados de viejas historias y no logran establecerse en paz. Otros vienen a enseñarnos lo que saben o a mostrarnos lo que hacen y seguro que también de paseo. Asi que los habitantes del confín no podemos vivir muy tranquilos con todas las ofertas culturales que hay. Por más que tratemos de asistir a muchas siempre nos queda la sensación de que nos perdimos algo. Hay épocas en que yo me rebelo y no voy a ningún lado y no quiero saber nada de nada y no me fijo en los diarios y no escucho la radio y menos que menos miro TV y me quedo en casa no haciendo nada más que acomodarme en esta plácida soledad.

Brrrr....

Creo que anoche en Findelmundo todos dormimos vestidos. Yo sí, seguro. Nunca había hecho tanto frío.El temporal siguió, la eternidad se hizo más larga. Esta nievecita retrasada de un invierno que no lo fue tanto, nieve usurpadora de primavera, me está cansando un poco. De las plantas que estaban creciendo afuera lo único que se habrá salvado son mis ruibarbos, que hace días asomaron sus reveladoras yemas rojas. Y como siempre que nieva ya está la máquina acá fuera, cansándome más aún,llevándose los despojos, dejando en su lugar un hielo traicionero. No quiero que nieve más pero si nieva no quiero que se lleven la nieve. Quiero que la dejen para mirarla y esperar aún más los días lindos. ¿Por qué siempre lucharemos contra la corriente? Tal vez salgo a hacer un muñeco con una zanahoria en la naríz y botones en los ojos, o sea, un clásico muñeco nevoso. No les dije que a mi vecina se le ocurrió teñir los muñecos de nieve? Sí, prepara acrílico de colores con agua y con eso los pulveriza, no del mismo modo en que yo me pulverizo los ojos mirando a Findelmundo. Quedan extraños, un poco anticuados, con un tinte pop.
No es aconsejable utilizar el color rojo, pues cuando se derriten los muñecos el escenario parece de película de terror. Esto porque aparte de ojo fotográfico poseo uno cinematográfico. Si buscan escenarios vírgenes para películas patagónicas me llaman por favor.


martes, agosto 24, 2004

Puro pueblo

¡Me divierten tanto algunas situaciones que sólo ocurren en Findelmundo! Son esas cosas que hacen que se parezca a un pueblo. Anoche comenzó el festival de cine argentino. Estábamos todos: actores, directores, público, curiosos, los de siempre y los de cada vez.
Todos menos las películas que no llegaron.
El avión quedó roto en Río Gallegos.
Igual uno de los protagonistas de "Conversaciones con mamá" se alegró de que el aparato con desperfectos fuese el que traía los films y no el que los trajo a ellos. Pero nosotros queríamos ver "Adíos querida luna", de Fernando Spiner, con quien sin saber quién era nos pusimos a hablar. Qué lindo conocer gente así en Findelmundo, que se desviva por hacer películas de imposibles, como eso de ir a destruir la luna. Esto lo digo porque Findelmundo es muy burocrática. A la gente de acá le falta jugar un poco, soñar más reirse, volar y volar.

Tormenta

Mientras caminaba hacia mi casa bajo la nevada, me encontré nuevamente con ese silencio infinito que hace tiempo me viene llamando la atención cuando nieva. Es como una calma contenida, nada se escucha, nadie habla, nadie pasa, pero causa la misma impresión que el ruido de una bomba. Uno de esos silencios más estridentes que un grito. Uno de esos silencios que asustan.¿Será un anticipo de la eternidad?

lunes, agosto 23, 2004

Mi vecina enloqueció y la culpa es mía



Ya hablé de ella en los posts que tuve que borrar. Así que para los que no los leyeron voy a decir que no es cualquier vecina. Por empezar es una de las pocas personas que conozco que nació en Findelmundo. Nadie la trajo hasta acá, bueno sí, pero digamos que no vino desde otro lugar. Y eso se nota. El haber nacido aquí para algunos es un estigma, para otros, como ella, el mejor de los encantos. Se dedica a copiar el mundo real. Hace objetos de mentira. Y junta cosas viejas que transforma en lo que se le ocurre o en lo que necesita porque también tiene la suerte de trabajar de eso. De ella aprendió mi mirada a amar los colores del óxido y de la madera envejecida, a inspeccionar con disimulo la basura que la gente deja afuera, a encontrar las cosas que ando buscando. Pero como la amistad es un ida y vuelta, culpa mía ella se volvió loca. Nunca pude convencerla de que se acercara a la computadora: odia chatear, porque dice que todos mienten, tampoco le interesó el Photoshop ni el Corel y a la web se ha acercado muy poco. Hasta que le hablé tanto de los blogs, seguramente como una enloquecida, vamos, que yo me conozco bien y le recomendé un par que no podía dejar de leer, que decidió probar. Al principio le costaba un poco entrar, llegaba a los sitios pero desde los comments y se quedaba empantanada. Ahora que ya se hizo práctica quiere leer más y más y más. Encuentra afinidades, gente como ella, a la que le quitan el sueño las mismas cosas. Dice que los blogs sí le gustan porque son sinceros. Bueno, ella cree esto porque me ve a mí luchar contra el mío, porque sabe que quiero escribir sobre algo y escribo sobre otro tema. Que quiero tener un blog alegre y la melancolía se nota. Tiene razón, es muy difícil mantener un personaje día tras día y no decaer. Yo también supongo que la mayor parte de los blogs son sinceros, aunque a veces son sólo juegos y eso también es parte de uno. Amo los blogs porque como todos saben ya han muerto los grandes relatos. Sólo quedamos nosotros, con nuestras pequeñas historias cotidianas, con el vivir de todos los días, compartiendo la alegría, la tristeza, la esperanza, las ganas de tantas cosas, ¿no?
¿Y vos por que no me lees?

domingo, agosto 22, 2004

Gato seductor



Este gato, de edad y nombres desconocidos, aparecía en mis viejos posts. Lo vuelvo a traer porque me gusta mucho la foto, no sé si tanto por el animal como por los colores. Lo encontré un sábado al mediodía, muy lejos de casa, cuando salía de gimnasia con el alma en paz y el corazón contento. Iba camninando cuando mi ojo fotográfico lo vió, así, como si alguien hubiese estado preparando la pose durante horas y horas. Mis manos se desesperaron por buscar la cámara adentro de la mochila, entre zapatillas y remeras. Alcancé a sacarle cuatro fotos, con ojillos abiertos y cerrados, dos de perfil, siempre con la cola tiesa, en guardia, preparado para el ataque, la naríz tan rosada que daban ganas de comérsela...no...qué asco. Lindo gato, tan armonioso y saludable que hizo que me gustaran los gatos, que para nada me gustaban.
O sea, un gatejo seductor, porque creó en mí una necesidad que yo no tenía. Por eso mismo desapareció. He vuelto a pasar por esa extraña casa, de chapa lisa, sin pintar, pero del gato ni noticias. Alguien le estará sacando alguna foto, alguien a quien no le gustaban los gatos y que ya no podrá dejar de pensar en esa naríz rosada. Algún día las víctimas de los gatos seductores tendríamos que unirnos en una ONG, redactar un estatuto de adveretencia y proteger a la otra mitad de las mujeres del planeta que aún no se topó con él.
Quiero ser la presidenta.

sábado, agosto 21, 2004

Un día más

Con el correr del tiempo he aprendido que uno es más responsable de lo que cree en las cosas que le pasan. Ayer en la facultad sortearon unos autores para realizar un trabajo. Nos gustaban todos menos uno. Nos tocó ese. Un compañero dijo hay que aprender a llamar a lo que uno quiere, no lo que uno no quiere. Yo, como tengo más años y experiencia, no dije nada pero me puse a pensar en las razones por que seguramente nosotros llamamos al autor. Sea como sea, será un desafío, hacer con unas ideas insípidas algo interesante. Nunca pude hace algo porque sí, por aburrida o por llenar el tiempo. Si una actividad por lo menos no me apasiona, que no cuente conmigo. Sin embargo, cuando no queda más remedio mi cabeza se transforma en una mnáquina de especulaciones e insisto tanto que finalmente logro entusiasmarme en serio y pongo todo, lo que tengo y lo que no. El lunes comienza un festival de cine argentino en Findelmundo, vienen directores y algunos autores. Lo mejor es que van a dar La niña santa y no me la pienso perder. Ví La Ciénaga tantas veces que ni recuerdo. Tiene una atmósfera que a uno lo atrapa con sus tentáculos pegajosos. Creo que lo que más me gusta de libros y películas no son ni los temas, ni los personajes, sólo son las atmósferas. Será por eso que odio que me pregunten de qué tratan los libros. A veces ni lo sé aún después de leerlos. Cuando uno escribe lo más difícil es conseguir una atmósfera, pero cuando se logra, ya todos habrán caido muy adentro. A veces no se puede salir. Son las épocas en que uno no puede dejar de leer y leer a un solo autor. El último que me atrapó fue Javier Marías. Me gustaría tenerlo de vecino y escucharlo inventarle innumerables historias a cualquier que pasa. Nunca me aburriría. A mí también me gusta inventarle situaciones a las personas que veo. A veces tanto trato de ponerme en el lugar de los otros para saber cómo reaccionarían que llego corriendo a casa y tengo que mirarme en el espejo para saber que sigo siendo la misma y no me fui adentro de otro. Yo también soy un poco "antes muerta que sencilla". ¡Cómo me gusta ese blog!

viernes, agosto 20, 2004

Cerrado por sol

Hoy casi casi que cierro este blog: Findelmundo tuvo un día de esos en que todo el mundo anda contento, a pleno sol y nada de viento. Por supuesto que volví a ser la que era antes. De esto me dí cuenta cuando postergué las actividades postergables y otras no tanto y me fuí con C. a caminar por la orilla de la bahía. Parece que a las aves les sucedió lo mismo que a los pobladores: estaban todas de fiesta, gaviotas cocineras, caiquenes, patos a vapor. Cuando íbamos por la pasarela que corta la bahía en dos partes una familia iba delante nuestro. El hombre dijo, como para que no hubiese confusión, parecemos turistas. Es decir que no lo eran. Yo ando mucho como turista en mi ciudad, de lo cual ya he escrito bastante, asi que sólo voy a decir que es un buen ejercicio para poder conseguir una mirada diferente.
Después cortamos camino por un lugar en que hay tanto barro que a C. se le salieron dos veces las zapatillas y tuvo que retroceder a buscarlas. A medida que avanzábamos el barro se hacía más blando, tanto, tanto como en esos sueños en los que uno va desapareciendo tragado por las arenas movedizas. Estuve tan contenta de haberme salvado de las marismas que subí corriendo la escalera del Centenario. Esta semana se cumplen cuatro meses que no fumo más y a veces siento que en vez de caminar voy volando. Volví llena de espigas, achilleas secas, plumas de avutarda, las grises y blancas que tienen el poder de recordarme a los yámanas,a quienes, por supuesto, no conozco, pero supongo que son parte de mí como muchas otras cosas de Findelmundo.

jueves, agosto 19, 2004

Isla nublada



y gris.

Nada

Sigo con el ánimo un poco por ahí abajo. Lo peor es que no sé que me pasa, nada me da risa, todo lo veo triste. Debe ser la época: un día invierno, el otro primavera, mucho viento, casi nada de sol, un frío que hace temblar. Tal vez esto no tendría que tener nada que ver con mi ánimo, pero como vivo en findelmundo, lo tiene. No siempre resulta fácil vivir acá, adentro de una isla nublada de la que es difícil salir más a menudo. Lo bueno es que sigo descansando de mí y lo mejor es que los demás también lo hacen. Hoy sólo me dió risa una frase que leí en un libro de citas sobre la comida que se compró la vecina:

Si rompiste los huevos, tendrías que hacer la tortilla.

miércoles, agosto 18, 2004

He de morir de cosas así

Más de Alejandra Pizarnik

Salta con la camisa en llamas
de estrella en estrella,
de sombra en sombra.
Muere de muerte lejana
la que ama al viento.


Una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del mundo

la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos.


aunque es tarde, es noche
y tu no puedes.

Canta como si no pasara nada.

Nada pasa.


Esta lila se deshoja.
Desde sí misma cae
y oculta su antigua sombra.
He de morir de cosas así.




martes, agosto 17, 2004

Demasiado trabajo

Hay días en que me quedo dormida y me levanto más tarde.
Después no me baño ni hago listas por todos lados de cosas para no olvidar, ni me pinto los ojos ni saco fotos ni hablo con nadie ni escribo nada ni me acerco a la computadora ni manejo con la música tan fuerte ni tengo obligaciones ni camino ni cocino ni leo ni visito a nadie ni me rio tanto ni hago planes ni empiezo cuadernos llenos de locuras ni termino nada ni me miro en el espejo ni llamo por teléfono ni me hago promesas ni rebusco entre los recuerdos ni deseo ver una película muy buena ni escuchar esa canción ni encontrarme con amigos ni comerme un chocolate o comprarme otra coca, ni nada de nada.
Antes eso me preocupaba un poco. Ahora ya no, es sólo que descanso de mí.
¿Y vos por qué no me lees? Sí, ¿por qué y por qué?

Geometría

Un día comencé a descubrirlos en casi todas las fotos urbanas de Findelmundoo. Me causaron la misma impresión que una familia de moscas gordas agonizando adentro de una taza de té de grosellas, mi preferido. Con el tiempo me fui acostumbrando a que se entrometieran y me cambiaran los esquemas. No voy a decir que no me costó, porque sí, no fue fácil, del mismo modo que no lo es tratar de encontrarle el perfil bueno a los enemigos. En una época se me dio por tenerlos en cuenta un instante antes de apretar el disparador y, aún peor, en ocasiones se convirtieron en el único motivo que me inspiraba para fotografiar. Porque ellos pueden convertir la geometría, tan aburrida, en el mejor de los tesoros. A veces se extienden de un modo extravagante, como al compás de los saltos de un ángel devenido en demonio por propia voluntad o construyen una infinita telaraña que une por lo alto lo que no se lleva bien por abajo. Siempre, siempre me guardan un regalo: media bandada de pájaros, una porción de tejas rojas, tres letras de un cartel de neón o simplemente cincuenta centímetros de cielo. Ahora ya me tranquilicé un poco, sólo un poco, porque en vez de preguntar cómo me salieron las fotos siempre digo, con todas las ganas...¡Pero qué lindos que quedaron los cables!
¿Y vos por qué no me lees?



Cambio de nombre

Son buenos los cambios, eso dice L., porque lo que sirve para hoy no sirve para mañana. Ya sé, L., ya sé. Lo decidí porque de a poco este blog se va pareciendo más a mí o a lo que quiero mostrar de mí, o sea, mi personaje favorito. También tengo otro perfil, que por estos días, sólo por estos, creo que me representa más.

lunes, agosto 16, 2004

Shopping

Me pasa algo extraño con la ropa. Muero por comprarla pero después no la puedo usar enseguida. La tengo que dejar estacionar varios días; quizás hasta un mes o más. ¡Y ni que hablar de los zapatos! Los odio hasta que no se parecen a mis pies. La ropa que no tiene mi forma me resulta incómoda. Me fascina la ropa vieja pero limpia, rota pero mía, comprada pero guardada. Tendría que contratar a alguien para que me use un poco la ropa nueva. Igual no me compro mucho, casi nada digamos, nada. Cuando tengo que vestirme bien parece que llevara un chaleco de fuerza, no me sienta el arreglado. Mi estilo es este, un estilo de entrecasa, para subirme a los techos, sentarme en cualquier lado, secarme las lágrimas, lustrar bronces con el codo y limpiar las telarañas con la rodilla. Pero a veces, sólo a veces, casi, casi nunca, me compro algo y desde el primer momento no puedo dejar de usarlo. Lo uso y lo uso y tanto somos uno en el otro que ya ni me reconozco. A ese lo llamo por un tiempo el uniforme.
¿Y vos, por qué no me lees?

¡ A llorar al Pipo...!

La frase se dice por estos lugares cuando alguien se pierde una oportunidad y luego, cuando es tarde, se arrepiente. Como yo, que siempre quise entrar a este bar, tan pero tan findelmundoo, y ahora es un cyber. Y ya van..



Pipo es un río cercano a la ciudad. Parece que se llama así en honor a un preso. Pero es sólo un rumor, como casi todo aquí.

Dicen

De Findelmundoo se cuentan muchas cosas por ahí. Como por ejemplo que:

1. Un día un borracho que andaba por la playa se acostó a dormir en una cuevita al lado del mar. Nunca se despertó. Esa mala ballena varada se empacó, no quiso abrir la boca.

2. Un avión pasó de largo. Los pasajeros tuvieron que bajar en el Beagle. Llenaron el aeropuerto de algas y estrellas.

3. Cuando cambiaron la hora hace unos meses y tenían unas pocas horas de luz los habitantes adoptaron actitudes muy extrañas, como ponerse a cocinar a las cinco de la tarde u olvidar a los hijos en el colegio hasta el otro día. El cambio no duró mucho.

4. La mejor época para estar en findelmundoo es enero, porque se va toda la gente y uno recupera espacios perdidos. Los turistas no molestan mucho.

5. Lo feo que tiene este lugar es que mucha gente anda de paso pero uno no.

6. Findelmundoo no tiene nada de fin del mundo. A veces parece la calle Florida a las cinco de la tarde. A veces


Intimidades

La vecina dijo que me había comprado un regalito: una bombacha roja. Yo la miré extrañada, no uso esas cosas, nunca tuve una. No es para lo que vos pensás. Es para lo que vos no pensás. El rojo es el color de la guerra, del espíritu en lucha, de las estocadas de muerte a los fantasmas. Qué mal estoy. Me la voy a poner. Me voy a llenar de energía y voy a ser la que era. ¿La que era cuándo? ¿Fuí alguna vez? Quizás necesite trescientas ochenta y nueva bombachas rojas. Y ponérmelas todas juntas.

domingo, agosto 15, 2004

Confesión

Un día alguien dijo me gusta subir montañas para ver a la gente chiquitita. ¿Cómo pude olvidar ese detalle? De ahora en más lo tendré presente.

Domingo

Siguió nevando, sin embargo las ramas de los árboles continúan poniéndose verdes, cubiertas de yemas. Ya lo dije en mis viejos y desaparecidos posts: es la pelea entre invierno y primavera en Findelmundoo. Epoca de guerras, de agarrarse fuerte porque se vienen los peores vientos, se dan vuelta los barcos.
Quiero que sea septiembre.
Quiero que llegue la primavera. Sólo para sacarle la máscara y dejar desnudo al invierno disfrazado.
Me encantan los posts urbanos, de personas que escriben sobre sensaciones y sentimientos que recogen por esas calles repletas de desconocidos. Eso no es posible en Findelmundoo. Desde cualquier punto se ven o las montañas o sino el mar. A la gente le cuesta luchar contra eso. Son presencias desmesuradas. Todos nos volvemos insignificantes. A veces el paisaje natural también cansa. Hoy me gustaría sacar fotos en una ciudad que tuviera el cielo tapado de edificios.

sábado, agosto 14, 2004

Blanco

Días inciertos aquí en Findelmundoo. Ayer, cuando nadie pero nadie lo esperaba se descolgó una de esas nevadas que nos dejó a todos blancos y mágicos. Después salió el sol y las calles se pusieron relucientes como espejos. Fui la primera que salió a mirarse en el pavimento, justo enfrente de mi casa. Al rato, uno de esos perros del barrio hizo lo mismo. A la media hora todos los vecinos le hacían muecas a la calle. ¡ Cómo te gusta usar las cosas para lo que no son! Con la maldad de alguna gente me construí una escalera al cielo. ¿Y ahora cómo hago para bajar?

miércoles, agosto 11, 2004

Transición

Extraño mi viejo findelmundoo, no me acostumbro a Findelmundoo II. Estoy un poco muda, no encuentro el tono. Hoy me dí otra panzada de blogs. Todavía me duele la cabeza. Por supuesto javi que anduve por tus páginas. Escribí un comment que no se por qué se evaporó.Decía algo así como que cada nuevo blog es un mundo nuevo que se abre. Vale la pena poder incorporar tantos nuevos mundos en el propio. Porque entonces uno se hace inmenso como este mar océano que le lame los costados a Findelmundoo. La cabeza se abre más y más, lo que está bien siempre y cuando no se desparramen los cerebros. Ya es noche por aquí. Casi todo descansa, menos algunos que a esta hora se nos da por despertarnos más, lo cual no significa que no tengamos sueño. Mañana contaré las cosas más elementales de Findelmundoo, algo así como una guía introductoria para el que quiera venir a darse una vueltita, de turista o de viajero, lo que como todos saben no es lo mismo.

martes, agosto 10, 2004

Adicta a los blogs

Sí, me volví adicta, qué otra cosa se podía esperar de mí. No puedo detenerme. Quiero leer más y más blogs de gente que nunca conoceré pero que me sorprende, me divierte y me enseña. Y no desesperen, ya haré los enlaces pertinentes, aunque ahora estoy organizando la restructuración de este blog que se salió del rumbo. Es difícil controlar a un blog, más vale matarlo de chiquito, porque cuando llega al mes a uno le da lástima. Para evitar que los blogs se desboquen conviene tener claro el objetivo, porque en ocasiones uno cree que tiene tal propósito y en realidad este encubre otro diferente. No sé si hay muchos blogs en Findelmundoo. Creo que aquí a la gente le gusta hacer otras cosas, creo.

Findelmundoo II

Para abordar la escritura hay que ser más fuerte que uno mismo, hay que ser más fuerte que lo que se escribe. Marguerite Duras

Me costó desprenderme de 30 posts, un mes entero y sin embargo, renovarse es vivir. Ahora estamos en Findelmundoo II, el lugar a donde vienen a parar todos los fugitivos. Se nota que nadie les informó que la vieja cárcel aún no cerró sus puertas.
¿A quién se le ocurre escaparse a una cárcel?

lunes, agosto 09, 2004

Final de blog

En unas horas este blog se autodestruirá. De las cenizas renacerá Findelmundoo II.