lunes, agosto 16, 2004
Intimidades
La vecina dijo que me había comprado un regalito: una bombacha roja. Yo la miré extrañada, no uso esas cosas, nunca tuve una. No es para lo que vos pensás. Es para lo que vos no pensás. El rojo es el color de la guerra, del espíritu en lucha, de las estocadas de muerte a los fantasmas. Qué mal estoy. Me la voy a poner. Me voy a llenar de energía y voy a ser la que era. ¿La que era cuándo? ¿Fuí alguna vez? Quizás necesite trescientas ochenta y nueva bombachas rojas. Y ponérmelas todas juntas.
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