Me compré una nueva pala para la nieve; roja, por supuesto. Y para distinguirla de la del resto del barrio, y por que no de la ciudad, le escribí en el mango una y otra vez los nombres de los moradores de esta casa con marcador verde.
El problema es que creo que escribí mi nombre demasiado grande.
Señal evidente de que algo o mucho, por fin, está cambiado en mi vida.
¿Me habré pasado al otro bando????????
lunes, junio 12, 2006
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3 comentarios:
Me parece muy bien, nunca es tarde para empezar a quererse MUCHO que es lo mínimo que una se merece. Me alegro!!!
Gracias por tu visita!Es lo menos que me merezco ya que mi entrada al mundoblog es culpa tuya y de tu hermana que me enloquecieron con esto.
Ja, ja, Patus, el remedio para enloquecimientos parece que se llama Lotrial.....
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