viernes, junio 17, 2005

Aquellos viejos espolines....

(agradezco a Alejandro Heiss, don Ale del Sur, habérmelos recordado)

Cuando llegamos a Ushuaia, hace ya muchos muchos años, tantos que hasta ya recuerdo haber nacido aquí, un vecino caritativo nos dijo "ese es el canal Beagle, allá está el centro y estos son los espolines, obligatorios en invierno", entregándonos a cada uno un par de herramientas de hierro para el calzado, extrañas a nuestras ojos, con dos pinches que se adherían al piso, aunque no sólo se pegaban al hielo, sino a todo lo que estuviera abajo, es decir, a otros pies, al pavimento, a las alfombras y las cerámicas, principalmente a los primeros.
Se ataban con unas correas de goma negras mal cortadas, que alcanzaban para dar dos y tres vueltas a los zapatos. Si uno tenía la suerte de que en el trayecto desde la casa al exterior, ellas no se aflojaran, lo que hubiera sido una suerte, ya que nos hubiesen librado de esos artefactos, seguramente inspirados en algún elemento de tortura, y llegaba a la calle o peor aún se animaba a descolgarse en una bajada, podía ocurrir cualquier cosa.
Por otra parte, cuando uno bajaba al centro, pensaba que había aterrizado en otra galaxia, con tanto robots dando pasitos inseguros.
Decididamente los espolines eran más peligrosos que caer desde San Martín hasta Maipú por la calle del Hotel Albatros, volteando abuelas y colegiales, más, mucho más que desaparecer de improviso debajo de un auto, que es la típica caída del invierno fueguino.Hace mucho que no veo espolines, quizás desde que aparecieron la urea o la sal gruesa o las veredas con calefacción, las que los de aquí aún pisamos con desconfianza.Y ahora que lo pienso alguien los habrá tomado prestados de la mochila de algún alpinista.
¡Queridos espolines!
Como a todo lo que se fue, se los recuerda con nostalgia y hay momentos en que uno daría cualquier cosa por ponérselos de nuevo y agujerear todo el piso de madera recién plastificado, con ese ruido metálico de pájaro carpintero y las gomas apunto de estrangulanos.

La foto se las debo, creo que mi madre los llevó al museo

8 comentarios:

Huevo dijo...

Estoy buscando para ilustrar su post, y es re-difícil.

Tendré que dibujarlos?

Cuídese.

Alicia A Traves del Espejo dijo...

No se preocupe, ya conseguí unos, mañana saldré a fotografiarlos. Pero si los quiere dibujar...

Mini Dream Dealer dijo...

Mmmm, me quedo con la duda gente, realmente no había oido de los espolines, pero seguramente alguno de mis familiares sepa de ellos, asi que preguntaré, pero si postean la pic o el dibujo, sería bueno.

thirthe dijo...

a mi también me gustaría verlos, si no te importa, me has hecho añorarlos.

Cuidate del frío.

Anónimo dijo...

yo tambien los ando imaginando..
hoy entré por primera vez a tu blog, y me parecieron divinas tus historias del Sur..que se yo, debe ser hermoso, como todos dicen.
Deberé investigar, es decir, ir.
Un saludo!

Huevo dijo...

Se fué al Cerro Castor y no volvió más???

Alicia A Traves del Espejo dijo...

Sí, me fui pero volví, don Ale del Sur.

Roberto Iza Valdés dijo...
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