lunes, junio 13, 2005

Nevada

Ahora sí, ahora.
Ya la nieve está instalada definitivamente en nuestra ciudad.
Los grandes podrán volver a ser niños, los niños se volverán mayores, los perros tendrán frío, las mujeres solas andarán con los pies congelados, los vecinos saldrán a retirar la nieve de las veredas con sus amplias palas rojas, compradas todas en el mismo comercio, vendrá la máquina por las noches a interrumpir el sueño y a dejar la calle como un vidrio.
A la hora en que todo tendría que estar muy oscuro habrá una luz distinta, muy parecida a la luz que se enciende en los sueños, por mi ventana pasarán transeuntes blanquecinos y automóviles fantasmas. Nacerán muñecos de nieve cada tanto y cada tanto morirán, como mueren los recuerdos.
La ciudad se verá hermosa como en uno de esos cuentos que ya no existen.
Y como todos los años, recordaré tu mágica sonrisa, porque tenía el poder de engañarnos a todos, como lo hace la nieve.

7 comentarios:

Huevo dijo...

Un relato maravilloso.
De esas sonrisas hay muchas, pero no tantas...

Cuídese.

thirthe dijo...

si, leerte en este rincón es como leer dentro de un sueño.

muchos besos, bella alicia, tápate y no cojas frío.

Anónimo dijo...

Precioso.

Mini Dream Dealer dijo...

Increible lo engañosa y maravillosa que es la nieve. Increible el poder...exlclusivo(?) que tiene el invierno en nuestra city. Todo blanco, todo cubierto, todo cuento de hadas y ensueño. Trineos, palas rojas, resbalarce, golpazos, cachetes colorados, gorros de colores y en las pequeñas caritas aguita en las narices... Montañas cubiertas que nos miman y ese hermoso color del cielo cubierto y los copos blancos en el pelo. Our city.

Alicia A Traves del Espejo dijo...

...así, tal cual...mini dream dealer...quisiera vivir para siempre dentro de un cuento nevado...A los demás, gracias por acompañarme en mi nevada.

Huevo dijo...

De nada.

A mí también me encanta la patagonia nevada y mucho más aquí, en el fin del mundo.

Cuídese. Recupere (si los tuvo) los grampones para calzado. Parece que viene "heloso" este invierno.

Beso.

Alicia A Traves del Espejo dijo...

Sí, sí Ale del Sur, esos eran los espolines que se ataban a las botas con una goma negra, creo que siempre me negué a usarlos, pero mi mamá no salía jamás sin ellos, aunque vaya a saber, porque los recuerdos son un poco engañosos.
¡Qué lindo recuerdo! Ahora voy a pasar por la casa de mi madre y revolveré todo hasta que encuentre esos graciosos espolines, porque estoy segura de que los ví por allí. Depaso tal vez me encuentre un tapadito de piel, sintética, por supuesto, que ahora están tan de moda. Si encuentro los grampones, pondré una foto en el blog.