Desde hace casi dos meses enfrente de mi casa hay un hombre con una pena de amor.
Tiene el pelo largo hasta los hombros y lleno de rulos castaños, la mirada oscura y penetrante.
Es albañil y construye unos departamentos para alquilar.
Apenas llega al trabajo, a eso de las nueve de la mañana, enciende una radio portátil o quizás un viejo grabador, ya que nunca le escuché publicidades, y hasta la hora en que abandona sus tareas, a eso de las cinco de la tarde, no dejá de escuchar (fuerte, muy fuerte) boleros y otras canciones románticas, Luis Miguel, Alejandro Sanz, Eros Ramazotti y más en ese estilo.
Las mañanas en que mis pájaros se quedaron dormidos, son ellos los que me despiertan. Entonces yo me levanto y corro las cortinas, sólo lo necesario para curiosear cómo se viene el día y de paso controlar que el sufrimiento de mi eventual vecino no provoque un derrumbe en el barrio.
Sin embargo él continúa impecable con sus menesteres.
Nunca he visto un edificio más prolijo estando en obra.
Hay días en que lo imagino dentro de una película (italiana) que recién comienza, con esa música de fondo. Saca mezcla con una cuchara y va pegando los bloques, mientras las lágrimas caen para hacer más duro el cemento. Por sobre su cabeza se ven las cumbres de los montes Martiales, con algunos glaciares en retroceso, el cielo azul de primavera, ninguna nube aún. Corre una brisa que le alborota los pelos y un te amo dicho por los labios tuyos es la música del cielo canta la radio o lo que sea.
Hace dos días que no escucho más el aparato, pero el albañil sigue viviendo a trabajar.
No sé que pensar: si la mujer le dijo que sí, le robaron la radio o algún vecino se quejó por el ruido.
Tampoco sé por qué una pena de amor ajena resulta tan cómica. Será tal vez porque un te amo dicho por los labios tuyos es poema que acelera los latidos de mi corazón....
martes, diciembre 07, 2004
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
5 comentarios:
Si las lágrimas están encerradas en sus cimientos y paredes, qué tristeza vivir en ese edificio!
Como te iba a decir lo que te ha dicho Mad, me lo callo.
Ahora tienes otro trabajo: no vale encariñar al personal con un personaje y dejarlo luego tirado de cualquier manera.
Necesitamos saber:
a: qué fue de la radio?
b: empeoró la construcción al faltar la música?
c: a cuánto se vendían las casas?
d: saben saladas las paredes?
e: qué pasa ahora cuando tus pájaros se quedan dormidos?
f: qué labios dicen te amo y aceleran tu corazón?
besossssssssssssss
En un texto largo queda hablar con el albañil, preguntárselo...yo también quiero saber.
Un besazo, ves como llegan.
En breve también me gustas, puedes colmar una expectativa, y extensa me sabe a poco, porque se quiere más. Qué dilema, esto es como el chocolate... ;-)
Serghei Rachmaninov (es broma, pero me gustan las versiones de mi nombre en otros idiomas, y adoro al músico).
http://blogs.ya.com/alasdealbatros
Uno que pasaba, sí, tal vez sea triste vivir en ese edificio, aunque yo creo que también va a ser tan fuerte que ningún viento lo va a amedrentar.
Gracias, muchas gracias para la mad de MAD (muy rico tu tiramisu).
Manuel H, qué bochorno, pero no puedo contestar a ninguna de tus preguntas, y no es porque no quiera. Es que no sé qué fue de la radio, a cuánto se venden las casas, si las paredes tienen gusto a sal... Puedo decirte que la obra ni mejoró ni empeoró, que cuando mis pájaros se duermen y nadie me despierta, también sigo durmiendo y que los labios que dicen te amo no son los que aceleran el ritmo de mi corazón...
Thirthe, Muralla y por qué no Sergei, prometo mañana ir a averiguar algo más de allá enfrente y quizás lo escriba en corto.
Magda,sí, me gusta mucha A. Pizarnik y ella en cierta forma le puso el nombre a mi blog
la rebelión consiste
en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos (cita de memoria)
Besos a todosssssssss.
Publicar un comentario