sábado, agosto 13, 2005

Confesiones de un sábado por la tarde

Ahora que me las tengo que arreglar sola en todas las cuestiones (sí, ya sé, es lo que quería) estoy empezando a pensar que el mundo no es lo que creía.
Lo terrible es que algo me hizo click en el cerebro en estos últimos tiempos y he descubierto algo que yo sé que saben todos los que envejecieron.
Pero como no quiero envejecer generalmente juego a que no sé nada de nada, a que tengo proyectos apasionados que me llevarán a correr las más inversímiles aventuras, a que me amo por sobre todas las cosas, a que todo está bien, a que la felicidad es eterna, a que todos se divierten de las pavadas graciosas que digo y a que si alguna persona no lee este blog es porque aunque sabía la dirección tuvo un ataque de amnesia y no la recuerda, pero que si no fuera así alguna vez lo hubiera leido y me hubiese mandado un mensaje que podría sonar algo así como "no es posible, pero tampoco imposible".
Y a veces-esto es muy feo, extremadamente feo-me asusta que otra gente quiera acercarse a mí. Entonces me encierro bajo siete llaves, me vuelvo solitaria, casi autista, hago referencias a que mi corazón está ocupado, cuando en realidad sólo se trata de un espejismo usado siempre contra males mayores, no, en realidad, menores, mucho, mucho menores.

8 comentarios:

thirthe dijo...

me dejas que suscriba tu post?? sobretodo la parte...no, mejor, completo.
Gracias y besos, mi niña.

thirthe dijo...

ah, solo una pequeña matización, no hemos envejecido, por mucho que pasen los años no hemos envejecido. Piénsatelo de nuevo.

Alicia A Traves del Espejo dijo...

Sí Thirthe estás muy autorizada. Un besoooo

Anónimo dijo...

La vida es un escenario, y las señorcitas y señorcitos que estamos en ella, decidimos mirar o actuar.
El desafío es actuar. Hay que aprender a sortear los baches de texto, propios y ajenos, los imprevistos, las enfermedades y hasta la misma muerte: "El show debe continuar".
El error, el dolor o la traición, viven en el mismo barrio que el amor y la libertad.
Actuando, aprendemos a reconocerlos y a tratarlos con genuina naturalidad. Hasta podemos lograr hacerles creer a esos reverendos IDIOTAS, que no les tenemos tanto miedo.

Anónimo dijo...

Si, es cierto, aquí el mundo gira a su alrededor; Y en el centro está su cabeza, que como parte de su organismo, funciona gracias a su corazón, jamás he visto un órgano tan sorprendente y ajetreado. jajaja
un abrazo

Alicia A Traves del Espejo dijo...

HM y Anomymous, un poco sí a lo quer dicen y un poco esta noche no los entiendo. Quizás tengo sueño.

Alicia A Traves del Espejo dijo...

Es que creo que muchos de los que escribimos blog nos parecemos, salvo una que escribe "El Ojo de la Cerradura" que es la antítesis de todos nosotros y con la cual me diverto muchísimo.

Huevo dijo...

Algo me consta.

Un beso.