Hoy, para descansar un poco de mis trabajos histórico-periodístico-literarios, fuí a tomar sol donde termina la pasarela, o donde empieza. Llevé mate, una hija, crema para la cara, reposeras de rayas naranjas, una niña de rulos con canasta para juntar caracoles y un niño algo mayor con ganas de ver bichos. Nos sentamos al lado del agua, saludamos a un par de conocidos que pasaron velozmente, vino una amiga corriendo en medio de un grupo que también corría, a la que confundí con una entrenadora hasta que la miré mejor (jeje).
Después pasaron dos hombres jóvenes, uno alto y rubio, otro bajo y castaño, muy simpático el último, con trazas de no ser de aquí.
El día siguió su curso habitual y al regreso de un colegio nos encontramos con el alto y el bajo.
Pero estaban raros, no parecían los mismos.
Es más, no parecían hombres. Ambos lucían polleras kilt de un hermoso tartan color ladrillo y ocre.
Demás esta decir que en esta ciudad tan cosmopolita pero tan prejuiciosa todos los miraban, incluida la que esto escribe.
¿Podrá alguna mujer argentina enamorarse de un hombre que usa pollera sin pensar inevitablemente en esos actorzuelos que siempre se las rebuscan para aparecer en TV disfrazados de mujer?
jueves, septiembre 08, 2005
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5 comentarios:
Si Alicia... claro que podría enamorarse. Una mujer argentina o de cualquier otra parte. Tanto si ese hombre llevaba pollera o no llevaba nada jejeje el amor a veces es humor.
Y recuerde que aquellos que hacen verdadero honor al "kilt", no llevan nada debajo.
Así son los highlander´s.
Rápidos pá los mandados.
Cuídese.
Aja.....y este viento primaveral...
M'hija, con la escasez de hombres que hay no vamos a empezar a fijarnos en si usan polleras...
yo soy hombre y me suelo vestir con prendas "feme" y sin embargo han habido chicas que han gustado de mi. No le dan demasiada importancia a la apariencia si encuentran en un hombre cualidades que consideran valiosas.
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