sábado, agosto 13, 2005

Plagio

Nada nos pasa sin nuestra complicidad; a los demás tampoco les ocurre nada sin su alevosía y, en definitiva, si algo nos sucede con los otros o a ellos algo les ocurre con nosotros, es porque en algún momento hubo un acuerdo tácito, una complacencia mutua, una necesidad compartida, lo cual puede advertirse un mínimo instante antes, mucho antes de las primeras palabras y los primeros conocimientos.
Esto que parece escrito por Javier Marías, lo escribí yo un día, después de estar dos meses dándome una panzada de sus libros.
Y después ya no pude leer ninguna palabra más suya.

4 comentarios:

thirthe dijo...

resulta curioso lo que dices, pero sí que pasa, que cuando estás enfrascada en una lectura (panzada en tu caso) y quieres escribir algo, irremediablemente, lo que te sale tiene muchísimo parecido, en los sentimientos que trasluce incluso, con aquello que lees.

(y me recuerda que tengo por leer a Javier Marías, que me gusta como escribe, mucho)

besos.

Anónimo dijo...

Yo provoco todo lo que puede ocurrir (y acaba ocurriendo), con premeditación y alevosía; lo extraño es como no me doy cuenta hasta que esto pasa; entonces ¿soy culpable con una pizca de amnesia galopante en la mayoría de mis acciones? ¿Vivo todos los días inconscientemente? ¿Y sí tuvieramos que pensar, con todo lo que esto quiere decir, cada acto, cada acción, cada palabra antes de nada? En verdad, es lo que hacemos.

Alicia A Traves del Espejo dijo...

Thirthe a mí me gusta mucho Javier Marías, pero hace ya bastante que descanso de sus libros. Con este autor, esto siempre resulta necesario.
Anomymous lo que sucede es que nos comunicamos inconcientemente primero con las personas, para cuando podemos pensar ya es tarde.

Alicia A Traves del Espejo dijo...
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