domingo, septiembre 05, 2004

Aclaraciones a El Paraíso, a veces

Después de esa casa pasé por 5 más en Findelmundo y todo augura que se viene la sexta, no sé si la definitiva pero sí la que tenga el mismo color que yo. Una casa dolorosa, ya que para llegar hasta ella tendré que saltar sobre una parte importante de mí, tan importante que creo que la que se va a mudar va a ser sólo mi sombra. Dolorosa pero quizás felíz, en que finalmente ataré mis cabos y quién sabe. Las montañas de Argentina y Chile siguen casi iguales, salvo sus glaciares, que como todos saben se hallan en retroceso. En la bahía hace muchos años que no se puede patinar, ya que allí dentro desembocaban las cloacas de la ciudad y se contaminó. Ahora la están rellenando con tierra y la zurcan un par de caminos muy feos. Así y todo se siguen congregando los patos a vapor y los crestones, las gaviotas cocineras y las grises, los pobladores que van a correr y a caminar por sus orillas y los turistas que sacan fotos. Findelmundo creció mucho desde ese entonces, ya no nos conocemos todos como antes, la vida ya no es tan placentera y, como en todas partes, hay que luchar para conseguir lo que antes sobraba. Del barrio ese ni noticias, porque allí cambia la gente todos los años. Con Patricia me he vuelto a reencontrar a través de Internet y acabo de mandarle la dirección de mi blog. Y yo, sigo siendo la misma, es decir que a pesar del paso de los años no he crecido mucho, me siguen asombrando infinidad de cosas con la misma intensidad, me ilusiono, me enamoro de quien no corresponde, me pongo loca y triste, a veces me da que todo me hace llorar y otras soy capaz de subir de noche la montaña más alta. Pero eso sí, ya no fumo más.

6 comentarios:

Quito dijo...

Me parece que asombrarse como un niño ante el caleidoscopio, creer en los imposibles, poder desatar los nudos en el pecho y dar todo tu amor a quien creés lo merece, o volverse loca y triste, o trepar paso tras paso hasta la más alta cumbre, cual héroe venciendo a pesar de dos millones de secretas adversidades, no significa no haber crecido mucho (de todas maneras te lo dice alguien que no ha llegado ni al primer cuarto de su vida)

No te conozco, quizás tu inmadurez sea por otras cuestiones. O quizás no intentabas hablar de tu madurez, sino sólo caracterizar un poco más tu ser.

De cualquier manera, te felicito: la imágen que veo es la de un espíritu que lo intenta. No te detengas. No vale la pensa detenerse.

Slds desde el noreste.
Q.

Anónimo dijo...

A veces los de ni siquiera un cuarto de siglo pueden decir cosas que se necesitarían mil años para aprender. Por eso hace rato que yo no creo más en las edades. Como siempre, gracias y un beso.

Alicia A Traves del Espejo dijo...

La de arriba fui yo

manuel_h dijo...

mentira, tú eres la de abajo, la de muy abajo, en elfindelmundo.

¿te das cuenta de que vas a llenar internet si sigues escribiendo tanto?

Pero da igual: Sigue, hasta que rebose.

un besazo

Alicia A Traves del Espejo dijo...

Me doy cuenta, sí. Pero en tiempos aciagos es lo único que me hace muy bien...1Y que me escriban!

thirthe dijo...

Escribe, escribe, escribe...