Ella no quería verlo.
De tanto recordarlo le había ido agregando esa luz en la mirada de la que antes carecía, una sombra de sabiduría en la comisura de los labios que no le había visto, un reflejo nuevo en el cabello, una dosis de empatía y dos de sinceridad. No, no quería, porque ya no se parecería en nada a su querido recuerdo.
La distancia entre uno y otro sería más monstruosa que la idea de no volver a verlo.
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6 comentarios:
Buendía, Alicia, tuve un gato como ese de pequeña, una gata así de atigrada. Esa mirada ya la he visto yo en otra parte...hmmmmmmmm!!! eh, lo siento, me voy pitando a trabajar que llego tarde.
Besos desde este lado.
¿ Y si todo lo que ella en su recuerdo fue agregando, se hizo realidad? La alegría sería inmensa....
Si no fue así, embalsama su recuerdo y déjalo que repose para siempre en el fondo de ese mar de Findelmundo.
Dejará lugar a otro recuerdo.
Te quiero. Muralla.
P.D.¡Qué hermosura de "recuerdo"
Por eso la memoria y las fotos se estrellan tantas veces.
Buendía de nuevo, Alicia, ayer me perdí en la mirada del gato (o de la gata).
Un consejo, ella que juegue todo lo que quiera con los recuerdos, que los revuelva, los destripe, los embellezca, los invente, pero ya que es la dueña del juego, que establezca las reglas a su favor.
Besos para decirte que he estado aquí
Hola Alicia,
Muchas gracias por tu mensaje en mi página.
Me imagino a esa gata pensando: "No eres quien yo espero" y volviendo la mirada hacia otro lado.
Besos arcoiris,
La Dama del Arco
Muy buenos todos los comentarios, se los contaré a la que recuerda de ese modo. Puede ser encuentre algo que le sirva. Ya veo que entre algunos nos entendemos demasiado. Bienvenida Magda a Findelmundo, cuando haga mucho frío aquí daré vueltas y más vueltas por tu casa en el sol. Besos y gracias para todos, desde el confín.
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