Hay días últimamente en que mi cabeza y mi cuerpo no coordinan. La cabeza decide algo, imparte las correspondientes órdenes, dice marchemos para allá, será lo mejor pero el cuerpo no escucha nada, ni intenta movilizarse y se queda acurrucado donde sabe que ya no cabe más. La mente me hace sentir fuerte, valiente, importante. El cuerpo me pone malhumorada, fóbica, temerosa. No sé lo que pasa, pero estos dos cada vez se llevan peor y yo en el medio, complaciendo a uno y a otro, desobedeciendo a uno y a otro, de aquí para allá, de ningún lado en ningún otro.
viernes, agosto 27, 2004
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
5 comentarios:
Haz un esfuerzo por ponerlos de acuerdo, porque queda feo ver por ahí un cuerpo sin cabeza.
¡Y anda que una cabeza sin cuerpo!
El cuerpo suele ser una piedra algo pesada. Afortunadamente, se aliviana si es que late fuerte el corazón.
Por ahora no puedo asegurar que nada cambie, asi que creo que se van a tener que acostumbrar a verme un día sólo cuerpo, otro nada más que cabeza. Si se topan con mi cabeza no le griten mucho y si el que aparece es mi cuerpo tengan paciencia. En cuanto al corazón, Quito, quizás tengas razón, o no, últimamente no me fío mucho de él.
Buendía Alicia, diles a tu cabeza y a tu cuerpo que descansen un rato en tu patio de atrás, se está bien aquí;-).
Besos
Ja... Thirthie, tenías que ser una mujer, no hay dudas, sin desmerecer los consejos masculinos, que a veces vienen muy bien. Y ¿por qué no? Ponerlos a ambos a descansar en el patio de atrás o que se arreglen solos, a mí que no me molesten por un tiempo.Y esperar la primavera dispuesta a lo que venga, sin mucha vuelta, es decir sin cuerpo y sin cabeza.
Gracias, no sabés cómo me voy a ocupar de cumplir este consejo.
Publicar un comentario