Hoy casi casi que cierro este blog: Findelmundo tuvo un día de esos en que todo el mundo anda contento, a pleno sol y nada de viento. Por supuesto que volví a ser la que era antes. De esto me dí cuenta cuando postergué las actividades postergables y otras no tanto y me fuí con C. a caminar por la orilla de la bahía. Parece que a las aves les sucedió lo mismo que a los pobladores: estaban todas de fiesta, gaviotas cocineras, caiquenes, patos a vapor. Cuando íbamos por la pasarela que corta la bahía en dos partes una familia iba delante nuestro. El hombre dijo, como para que no hubiese confusión, parecemos turistas. Es decir que no lo eran. Yo ando mucho como turista en mi ciudad, de lo cual ya he escrito bastante, asi que sólo voy a decir que es un buen ejercicio para poder conseguir una mirada diferente.
Después cortamos camino por un lugar en que hay tanto barro que a C. se le salieron dos veces las zapatillas y tuvo que retroceder a buscarlas. A medida que avanzábamos el barro se hacía más blando, tanto, tanto como en esos sueños en los que uno va desapareciendo tragado por las arenas movedizas. Estuve tan contenta de haberme salvado de las marismas que subí corriendo la escalera del Centenario. Esta semana se cumplen cuatro meses que no fumo más y a veces siento que en vez de caminar voy volando. Volví llena de espigas, achilleas secas, plumas de avutarda, las grises y blancas que tienen el poder de recordarme a los yámanas,a quienes, por supuesto, no conozco, pero supongo que son parte de mí como muchas otras cosas de Findelmundo.
viernes, agosto 20, 2004
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3 comentarios:
Subiste corriendo la del Centenario????? Y yo hago 20 escalones y necesito oxígeno????? Te ganaste mi odio eterno. Sabelo.
Jajaja!
Saludos
Espero que no destruyas esta ventana a tu mundo, pues es verdaderamente hermosa. Dejame felicitarte por las fotos: está bien que no estoy acostumbrado a los parajes de Findelmundo, pero las imágenes capturan la viveza de un momento que, aún así, pareciera ahogado en melancolía.
Un saludo, Alicia a través del espejo.
Morir de melancolía por algo que no vivirás nunca, escribió Alessandro Baricco. Sí, estoy muy melancólica y esto es lo que no me gusta de mi blog, pero con el tiempo lograré superarla. ¿O habré nacido melancólica? Gracias, muchas, muchas, por tu mensaje.
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